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sábado, 28 de mayo de 2011

El propósito de la educación desde la educación no formal

Necesito utilizar algunas de mis 500 palabras para agradecer a Linda Castañeda Quintero, una de esas profesoras que mejor te muestran el maravilloso camino del aprendizaje con su ejemplo, y a Isabel Gutiérrez Porlán por darme la oportunidad de formar parte de todo esto, gracias por ofrecerme un lugar dónde puedo sentir que volver a estudiar en la universidad de hoy, ha merecido la pena.



    Es difícil comenzar a escribir después de tantas reflexiones y tan buenas sobre el propósito de la educación. Mientras intento aclarar mis ideas me rodeo de libros y artículos subrayados de aquellas reflexiones que me han ido acompañado a lo largo de mi trayectoria profesional en el campo de la educación no formal, pretendiendo dotar mis palabras del máximo sentido posible, siguiendo, como Dorothy, el camino de baldosas amarillas, que me lleven a encontrar aquellas notas que mejor plasmen mi idea sobre cuál es el verdadero propósito de la educación; pero descubro que quizás la clave no este en los libros, ni en las palabras de otros, quizás la clave está en cada uno de nosotros, agentes educativos de la sociedad, emprendedores (palabra que vive en el actual contexto social de crisis, su momento más mediático) del cambio,  que basan su acción en la educación como un instrumento al servicio del cumplimiento de los valores fundamentales de un Estado de Derecho: igualdad de todos los ciudadanos, máximas cuotas de justicia social y pleno desarrollo de la conciencia democrática (Documentos Profesionalizadores, ASEDES (asociación estatal de educación social) y CGCEES (Consejo General del Colegio de educadoras y educadores sociales) Barcelona 2007).

    Sinceramente creo que todos los que formamos la comunidad educativa llevamos años trabajando por separado (sé que existen honrosas excepciones que hacen más visibles todas aquellas acciones que certifican dicha separación entre profesionales de lo formal y lo no formal), debemos trabajar de igual a igual con todos los agentes educativos de nuestros contextos: familiares, voluntarios, profesores, educadores y sobre todo destinatarios de nuestras acciones educativas, un proyecto común que debe garantizar la igualdad de oportunidades y resultados en esta sociedad de cambios vertiginosos. Hemos de buscar ese punto de encuentro, y repasando algunas de las entradas sobre el propósito de la educación, creo que estamos cerca.


    Como educadores hemos de hacer un esfuerzo y conseguir una evolución en el conocimiento y en las actitudes para la vida en comunidad y para la participación en el desarrollo social y económicos de la misma, no debemos olvidar que la educación es un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la vida, nuestra continúa formación es indispensable para, por una vez, adelantarnos a los cambios, o al menos no situarnos a kilómetros de distancia de los problemas, de los cambios sociales. Tengo claro que la educación debe proponerse enseñar desde el pluralismo, debe ayudarnos a formar ciudadanos responsables con la construcción de una sociedad emprendedora y más justa, capaces de adaptarse a los cambios con un espíritu crítico y reflexivo, no debemos olvidar que la educación es el principal motor para el desarrollo eficaz de los países, no solo apostar por las nuevas tecnologías resuelve los problemas actuales, es necesario que la creación de redes nos faciliten la puesta en marcha de verdaderas comunidades de aprendizaje que puedan conseguir todos aquellos propósitos que nos estamos planteando, y es por ello que muchos ya trabajan en la recopilación de algunas de estas reflexiones para convertirlas en acciones concretas que se puedan llevar a cabo en las aulas, centros juveniles, asociaciones, etc, esto, es lo verdaderamente importante.


Siempre he sabido que al final del camino de baldosas amarillas encontraré en una gran plaza a todos aquellos educadores que creen en el "emprendimiento social" como una forma de vida y que son capaces de transformar su realidad por muy complicada que esta sea.

"Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo." 
Paulo Freyre

 

jueves, 19 de mayo de 2011

Las acampadas símbolos de indignación

Ojalá por lo menos todas aquellas personas que permanecen acampadas como símbolo de indignación, sean conscientes de la importancia de su valiente empeño en mejorar esta maltrecha sociedad convulsa ante la indiferencia de nuestros políticos y de los medios de comunicación. 
Los acampados son muchos jóvenes, pero los indignados somos muchos ciudadanos, sin distinción de edades, de género, sin etiquetas; los acampados están acompañados por muchos indignados que miramos ilusionados todo lo acontecido y observamos perplejos a todas nuestras instituciones con sus posicionamientos ante este movimiento social. 
Ayer tuve la oportunidad de compartir algunas horas con la gente de #acampadamurcia en un ambiente de asamblea ciudadana, intentando consensuar todas las acciones a llevar a cabo, si, fue y seguirá siendo una tarea difícil porque aquella asamblea era heterogénea, porque la indignación también tiene diferentes visiones pero esa es nuestra riqueza, ese es nuestro valor, nuestra oportunidad, ¡vamos a aprovecharla! busquemos aquello que nos une que nos iguala, para gritarlo, defenderlo y exigirlo conjuntamente, dejemos a un lado los intereses personales y busquemos el bien común, ahora es el momento de la reacción conjunta, ahora es el momento de sentirnos ciudadanos de pleno derecho.
Ojalá por le menos este conjunto de emociones y sentimientos que nacen cada día en cada una de las acampadas nos sirva para reconocernos para descubrir el poder de la ciudadanía capaz de cambiar el rumbo de las cosas.

P.D: Ojalá por le menos esto nos una y reúna entorno a la visión de una sociedad más justa.

lunes, 7 de marzo de 2011

Claudico

Si, así es, lo ha logrado, ha podido conmigo, estoy agotada, me podéis llamar cobarde pero renuncio, mejor dicho claudico ya que he cedido a la presión institucional.
La Universidad ya me ha uniformado y me ha convencido que mi actitud crítica no lleva a ninguna parte, seré como la mayoría, pasaré por el aro como dicen otros para conseguir el propósito final; la obtención de un título que acredite mi paso callado por la institución pero que no acredita un proceso de aprendizaje integral sino la adquisición, memorización de unos conocimientos dictados por los sabios que se suben a la tarima. Pero también asumo mi parte de responsabilidad en todo esto, la edad juega un papel importante ya que necesito el título para poder acceder de nuevo a un puesto de trabajo que ya había desempeñado sin el mismo, pero reconozcámoslo vivimos en el país de la titulitis, el pago de la hipoteca también condiciona ¡y de que manera!, no mejustifico pero condiciona a la hora de asumir ciertos riesgos, porque no se equivoquen tener ciertas actitudes en la Universidad significa tener que asumir consecuencias.
Llevo varios días pensando en este post, quería reflejar de la mejor manera este nuevo estado de rendición que me envuelve, quería que fuese incluso poético, al estilo de las antiguas epopeyas donde el aguerrido guerrero mantenia una conversación con su madre fallecida y asumía su derrota y su cansancio por las multiples batallas libradas, pero.... no tengo ni idea de cómo se consigue esa narración y tampoco creo que sea momento de dramatizaciones, es  momento de ser consciente (y esto me lo dijo hace varios meses una profesora, cansada de escuchar mis quejas) que también hay que saber que batallas están perdidas de antemano y una retirada a tiempo es mucho más inteligente, pero no me siento inteligente sino derrotada e incluso un poco cobarde.
En todas mis asignaturas nos hablan de la importancia de educar ciudadanos responsables conscientes de sus derechos pero también de sus obligaciones, educar para desarrollar de forma integral a las personas fomentando su capacidad critica y su creatividad para que sean capaces de buscar alternativas a los conflictos surgidos a su alrededor, capaces de construir esa ansíada ciudadanía plural. La semana pasada lo volví a leer de nuevo en otro artículo que hacía referencia al informe Delors y se convirtió en mi punto de inflexión, otra vez no, ¿y para que? si el lugar dónde se enseña a los futuros profesionales de la educación... todo esto importa bien poco, hacce unops días otro profesor comparó la universidad actual con una formación profesional de cuatro años y quizás tenga razón.
Por todo esto claudico y lo escribo para hacerlo más mio, para asumir mi fracaso, para ser más consciente de lo acontecido, para saber cuál va a ser mi siguiente paso, o para saber cuál va a ser el asiento más cómodo para ver mi vida universitaria pasar.
Claudico.
P.D: es justo que diga de que lugar parte nacen estas palabras, Universidad de Murcia, facultad de educación, 2º grado de educación social.